
Sobre mi
Hola,
soy Annchen
Soy una apasionada practicante e instructora certificada de Yin Yoga y quiero compartir el poder curativo de esta práctica contigo.
Sudafricana, establecida en Granada (España), comencé a practicar yoga hace ocho años como una forma de fortalecerme y manejar mi ansiedad. Descubrí que el cambio externo también provocaba uno interno, lo que me ayudó a calmar la mente. El yoga es ahora una parte integral de mi vida, me ayuda a enfrentar mis miedos, a tener más confianza y estar más tranquila.
Mi misión es ser tu guía en esta exploración continua de tus fortalezas internas y externas. Una práctica que se adapta a tu singularidad. La vida y el yoga requieren un equilibrio continuo, una adaptación a la novedad de cada día y la forma en que cambiamos a medida que envejecemos.

La Alhambra - ¡la joya de Granada y mi lugar favorito! Agua, belleza, historia, grandeza, naturaleza.

Delante nuestra casa de dos meses en Dharamsala, India

Encima de las nubes, camino al refugio de Mulhacen, Sierra Nevada.

La Alhambra - ¡la joya de Granada y mi lugar favorito! Agua, belleza, historia, grandeza, naturaleza.
Mi historia: soy una nómada y mi vida (como el yoga) es una ¡búsqueda incesante del equilibrio!
Nací en Sudáfrica, pero he pasado la mitad de mi vida en España. A pesar de vivir cinco años en Oriente Medio, el Norte de África y un año en India y Sri Lanka, ¡España es definitivamente mi segundo hogar!
Antes de descubrir el yoga, trabajaba como técnica de comunicación y traductora para empresas y ONGs internacionales. Así que conozco las exigencias de un entorno de trabajo duro. Sé lo estresante que puede ser y cómo las largas horas sentado crean tensión en los hombros, el cuello y la espalda. ¡Y nunca hay tiempo para hacer ejercicio físico!
Mi idea inicial sobre el yoga era que para practicarlo había que ponerse en complicadas posturas o bien, todo lo contrario, que era una práctica muy pasiva en la que no se trabajaba el cuerpo lo suficiente.
Este opinión empezó a cambiar hace diez años cuando vivía en Oman, trabajando como profesora de inglés, y empecé a experimentar con el yoga. Sin embargo, fue durante una estancia de un año en la India y Sri Lanka cuando se produjo el cambio definitivo. Descubrí el Ashtanga yoga y me cautivó. Hay dos elementos que me encantan del Ashtanga. El primero es la flexibilidad. Como se basa en una secuencia de posturas, me permitía desarrollar mi propia práctica, según mis necesidades diarias. El segundo es la respiración. Concentrarme en la respiración me ayuda a enfocarme en el momento y me aporta calma.
Cuando volví a España en 2016, me di cuenta de que quería compartir con más personas lo que el yoga me había aportado, pero necesitaba conocimientos prácticos. Después de una formación de 200 horas, conseguí el certificado de la Yoga Alliance en Madrid en 2019 y empecé a impartir clases de Hatha y Ashtanga en Granada.
En 2018, empecé a practicar Yin Yoga y descubrí que era el complemento perfecto a la exigente práctica del Ashtanga o cualquier ejercicio dinámico, como correr o nadar. Además, se basa en que el cuerpo de cada persona es diferente, así que las posturas se adapta a las personas, no las personas a las posturas, lo que suele ocurrir en algunos tipos de yoga. En 2019 hice una formación de 50 horas de Yin con José de Groot, y el año pasado profundice mis conocimientos con una formación de 200 horas con Dhugal Meachem, ambos alumnos del referente mundial de Yin Yoga, Bernie Clark.
De todas formas, el yoga es un camino de aprendizaje que nunca se acaba. Es fundamental tener un buen profesor y conocer y respetar tu cuerpo. La clave es escuchar, respirar y estar en el momento.
Llevo seis años viviendo en Granada, España e imparto clases online y presencial de Yin Yoga en español y en inglés.
Cualquier cambio que queramos hacer empieza desde dentro. El yoga me ha ayudado a tener un cuerpo más sano y más fuerte, pero sobre todo, me ha aportado más paz y tranquilidad. Me encantaría compartirlo contigo. ¿Te animas?